Como estamos viendo en esta sección, la pedagogía y la educación en la España del primer tercio del Siglo XX alcanzaron cotas de producción e innovación muy elevadas.
“A esta raza de maestros verdaderos pertenece Herminio Almendros” decía Alejandro Casona (dramaturgo y amigo). Nacido en Almanza en 1898, formado bajo el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza, en un momento en que era necesario buscar soluciones y alternativas a los problemas del país, Herminio Almendros se propuso luchar en el campo más importante para el futuro de España: el de la educación.
Estudiante de Magisterio en la Escuela Normal de Alicante, se desplaza en 1921 a Madrid para continuar sus estudios en la Escuela Superior de Magisterio. Terminada su carrera, uno de sus primeros destinos es Villablino (León), donde durante tres años entra en contacto con la escuela rural de la que se convierte en uno de sus grandes defensores, apostando como recogería después en su libro Carta a un Maestro Rural (1960), porque «ninguna enseñanza será válida si se separa o no tiene en cuenta la realidad donde está ubicada».
En 1928, Herminio Almendros es nombrado Inspector de Primera Enseñanza en Lleida, después vendría Huesca, Barcelona. Aquí asiste habitualmente a las tertulias donde un grupo de maestros y maestras se reunían, precisamente a una de esas tertulias se une Jesús Sanz que regresaba de Ginebra tras formarse en el Instituto Rousseau, pero que también compartió su experiencia y sus conocimientos sobre el trabajo original de unos maestros de Francia dirigidos por Celestine Freinet. A partir de ese momento Herminio Almendros se convierte en uno de los más destacados impulsores de la pedagogía Freinet en nuestro país, como años más tarde lo hará en Cuba.
En 1930 funda, junto a un grupo de maestros e inspectores de enseñanza primaria, la Cooperativa Española de la Imprenta en la Escuela, a través de esta cooperativa introducen y difunden esta técnica por España.
Comprometido con la transformación de la escuela tradicional, apasionado de la escuela primaria y como decíamos, en especial de la rural, la técnica Freinet a través del uso de la imprenta escolar, el texto libre, la correspondencia escolar, el periódico escolar, el cooperativo entre maestros y escolares, etc. se convierte en una metodología apropiada para desarrollar una actividad escolar más viva y dinámica.
Avanzada la II República, Almendros sigue desarrollando una gran labor pedagógica, participa en las Misiones Pedagógicas del Valle de Arán (1931) y en los movimientos de renovación pedagógica que se desarrollan, especialmente en Cataluña, extendiendo el movimiento de la Escuela Nueva y promoviendo reformas escolares innovadoras.
Durante la guerra, es uno de los pedagogos más influyentes, participa en la elaboración del proyecto del Consell de l’Escola Nova Unificada, en el seguimiento de su aplicación y en la organización de tareas de apoyo y educación a niños y niñas que, huérfanos o separados de sus familias, se han visto afectados por la guerra.
Finalizada la guerra, supone el exilio inmediato. En 1939 Herminio Almendros atraviesa la frontera con Francia, y se refugia en Vence, donde es acogido por la familia Freinet. Su amigo Alejandro Casona le convence e incluso le paga el pasaje para embarcar a Cuba, a donde llega en 1940 y donde vivirá hasta su muerte.
La vida de Herminio Almendros en Cuba merecería otra biografía, su actividad profesional es muy amplia, es docente, continua escribiendo, colabora como periodista, funda varias revistas, hace de traductor, adapta obras de la literatura universal, publica obras de literatura infantil y juvenil, la mayoría de su obra escrita esta publicada en Cuba.
Almendros muere en Cuba, allí vivió momentos importantes de la propia historia del país, por el conjunto de su actividad y contribución pedagógica a la sociedad cubana, goza de un gran prestigio y así se lo reconocieron. Sus restos descansan en el panteón de líderes de la revolución en el dedicado a la alfabetización, la cultura y la educación popular.
Para saber más sobre Herminio Almendros:
Amparo Blat Gimeno. Herminio Almendros Ibáñez: Época, vida y obra.
Al cumplirse el centenario de su nacimiento, Almansa rinde homenaje a uno de sus paisanos más ilustres Herminio Almendros, con la publicación de un libro sobre su vida y obra. Este artículo sirve de introducción a dicho libro y recorre la vida y la obra de este gran autor.
Ferrán Zurriaga Agustí. Herminio Almendros y la pedagogía Freinet: Una experiencia didáctica del Siglo XX.
La asistencia a un Congreso sobre las Técnicas Freinet pone en contacto al autor con un grupo de maestros republicanos exiliados que le hablan de Herminio Almendros, a partir de aquí, se inicia una correspondencia entre ambos. Textos de esas cartas quedan recogidos en el artículo y que nos permite comprender mejor esta técnica, su desarrollo en Francia y en España y el impulso que estas ideas han tenido en la actualidad.
José Mª Hernández Díaz. Un Exponente de la Pedagogía Española en el Exilio: Herminio Almendros y la Educación en Cuba en Revista de la Educación, nº 309 (1996) pags.217-237.
La obra de Herminio Almendros es un gran exponente de la pedagogía española antes de 1939 y posteriormente de la cubana. Para comprender su gran contribución a la pedagogía y en particular a la educación en Cuba, el artículo aparece dividido en tres grandes épocas, que marcaron su vida.
La primera vivida en España hasta su exilio obligado en 1939.La segunda desde su llegada a Cuba en 1940 hasta el triunfo de la revolución en 1959 y la tercera hasta su muerte en Cuba. Este gran recorrido nos permite rendir el merecido homenaje que este gran pedagogo y maestro republicano se merece.