“Se sueña con monumentos escolares; y yo creo, por el contrario, que el ideal es acercarse cuanto sea posible a lo que Rousseau decía: La mejor escuela es la sombra de un árbol.”
Cossío, 1906
Como vimos en el apartado anterior Higienismo y Arquitectura, la publicación en 1905 de las Instrucciones Técnico–Higiénicas, tuvo una gran influencia en la configuración de la arquitectura escolar posterior en nuestro país.
La Institución Libre de Enseñanza, como espacio de renovación cultural y pedagógica, no se mantuvo ajena a estas nuevas ideas, sus conocimientos de los avances conseguidos en Europa en arquitectura era muy importante. La llegada de libros a su biblioteca y los viajes de muchos de sus colaboradores y colaboradoras para conocer los nuevos modelos y prácticas constructivas, crearon las bases para su posterior influencia en la arquitectura escolar.
El concepto de escuela de la ILE se basaba en tres elementos: el maestro, el niño y la naturaleza, componían la trilogía ideal para el funcionamiento de cualquier centro.
Giner de los Ríos en su obra Campos Escolares, utiliza este concepto frente a la clase o el aula para así hacer una defensa de la educación frente a la instrucción. Defiende que en la escuela como conjunto de espacios, deben primar los espacios abiertos sobre las salas cerradas, manifiesta además su rechazo a los centros monumentales que al final opina, dejaban de ser educativos.
Otro de los aspectos importantes en los que Giner de los Río insistió en sus discursos y en sus obras, fue la necesidad de que fueran los pedagogos quienes tuvieran un papel fundamental en el diseño de los centros escolares.
Esta batalla fue continuada por sus seguidores y fundamentalmente por Manuel Bartolomé Cossío, en su obra Notas sobre las Construcciones Escolares, elaboró un documento que expone las líneas básicas que deben regir las construcciones escolares y defiende el campo escolar como elemento fundamental del espacio educativo así como, el papel tanto de los pedagogos como arquitectos en el diseño de los centros escolares.
Al hablar de la ILE no sólo hablamos de arquitectura escolar sino también de las escuelas al aire libre, ya Giner en 1884 hablaba de que “el ideal de toda escuela es aproximarse al aire libre cuanto sea posible”. Además desde el Gobierno, Domingo Barnes, Ministro de Instrucción Pública, asiste a la Exposición Franco–Británica de Londres, tras esta visita redacta un documento Escuelas al Aire Libre, donde se apuesta por la creación de escuelas al aire libre para niños debilitados como complementos a las colonias escolares y la sustitución, donde el clima lo permitiera, de la escuela ordinaria por la escuela al aire libre
La confluencia entre todas estas aspiraciones pedagógicas y arquitectónicas, se hizo posible por el modo en que Cossío y por tanto la ILE, interviene en estas iniciativas, no se ponen en el lugar de los arquitectos, no usurpan sus papel, sino que logran que estas ideas queden integradas en los nuevos proyectos que se realizan, un ejemplo de este modelo de actuación será la Oficina Técnica para la Construcción de Escuelas dirigida por Antonio Flórez.
Para saber más:
Rodríguez Méndez Francisco Javier, 2007. La Institución Libre de Enseñanza y la Arquitectura Escolar. Historia de la Educación nº25, Universidad de Salamanca, páginas 467-491.
La arquitectura escolar no era sólo un accesorio a la propuesta pedagógica de la Institución. A través de un recorrido por los discursos y palabras de Giner de los Ríos y Cossío conoceremos el gran interés que se prestó a la arquitectura como elemento para cumplir los objetivos pedagógicos. Además conoceremos las primeras construcciones institucionalistas que se realizaron.
Giner de los Ríos, Francisco. Campos Escolares. Establecimiento tipográfico de El Correo a Cargo de F. Fernández 1884 (Publicación original). Reproducción digital del original conservado en la Universidad de Castilla la Mancha.
En este escrito el autor, recogiendo el ideario de la ILE, defiende un modelo de educación no centrado en el aula, al contrario “el campo escolar” es el símbolo de la educación abierta, natural, activa y armónica.
Bartolomé Cossío Manuel. Notas sobre Construcciones Escolares. 1911. B.I.L.E. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Cossío elabora las bases detalladas que han de regir la construcción de edificios escolares. Muestra su rechazo por las grandes construcciones, que olvidan entre otras cosas la importancia del campo escolar, del espacio natural y su papel en el proceso educativo.
Barnes Domingo. Escuelas al Aire Libre. 1909. Anales Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas.
El viaje de Domingo Barnes como representante del gobierno dio lugar un extenso informe donde tras valorar los ejemplos que se estaban realizando en Europa y Estados Unidos, se apuesta de forma clara por la creación de escuelas al aire libre para niños debilitados como complementos a las colonias escolares, además se aconseja, donde el clima lo permitiera, sustituir de forma paulatina la escuela ordinaria por la escuela al aire libre.
Rodríguez Méndez Francisco Javier, 2003. Renovación arquitectónica y Pedagogía al aire Libre en España (1910-1936). En Châtelet, A.M. (Dir.): L’Ècole de plein air. Une experience pédagogique et architecturale dans l´Europe du XX siécle. Edition Recherche, Paris, páginas 148-160.
Todas estas ideas que estamos viendo y personas, inspiraron la creación de los primeros ejemplos de escuelas al aire construidas en España, tanto en Barcelona, Madrid y Toro (Zamora). El artículo termina valorando la influencia del aire libre en la arquitectura escolar con varios ejemplos arquitectónicos.