“La construcción de un edificio escolar, tanto los destinados a
las escuelas graduadas como unitarias, se realizará por el Estado..”
RD 23/11/1920
Los años 20 iniciaron un nuevo periodo legislativo para la escuela pública, y también se operaron grandes avances en el desarrollo de la arquitectura escolar. El RD de 23 de noviembre de 1920, otorgaba en su artículo 1 la responsabilidad al Estado de la construcción de edificios escolares, tanto para las escuelas graduadas como unitarias. Con esta medida se pretendía corregir el abandono que los ayuntamientos, hasta ese momento, habían manifestado con respecto a la construcción de escuelas.
En el mismo decreto se determinó la creación de la Oficina Técnica para la Construcción de Escuelas. Este nuevo organismo sustituía al anterior Negociado de la Arquitectura y entre sus nuevas funciones estaba la ejecución de los proyectos de las nuevas escuelas que construiría el Estado. Los nuevos proyectos recogían las influencias de las Instrucciones Técnicas Higiénicas de 1905 y sus posteriores modificaciones en aspectos como el diseño de las aulas, iluminación, orientación, mobiliario, etc.
El Real Decreto también establecía la plantilla que componía dicha Oficina, muchos de cuyos cargos fueron ocupados por personas que, procedentes de la Institución Libre de Enseñanza, transmitieron sus postulados pedagógicos y las experiencias en Europa que se recogieron en el Museo Pedagógico, por los viajes al extranjero de muchos de sus miembros.
La dirección de la Oficina fue de Antonio Flórez Urdapilleta, “el arquitecto de escuelas”, que contaba con amplia experiencia en materia de construcciones escolares, ya que había sido asesor técnico del Negociado de Arquitectura. Era además amigo personal de Manuel Bartolomé Cossio, conocía perfectamente el programa pedagógico de la ILE y las necesidades que España tenía para la construcción de nuevos edificios escolares. Participó en la elaboración de nuevas Instrucciones Técnico Higienistas y diseñó planos de modelos de escuelas de una sola aula y de escuelas graduadas.
A partir de 1922, los diseños de la Oficina introdujeron algunas novedades importantes en la arquitectura de las nuevas escuelas. La primera novedad fue el enfoque «nacional-regionalista»: teniendo en cuenta el tipo de clima del lugar donde se construiría la escuela, los materiales y el fin último al que iría destinado el centro (temporal o permanente), se podían obtener variedades de tipologías de edificios, adaptadas al clima, al gusto del lugar y sobre todo a las posibilidades económicas del mismo.
El segundo aspecto novedoso fue el diseño racional de los modelos que se proponían. Los criterios higienistas y las influencias europeas intervinieron en la elección de materiales, el número de espacios, las dimensiones, la iluminación y la distribución de los mismos. Estos requisitos eran iguales para todas las escuelas, proporcionados al tamaño de unitarias o graduadas.
La Oficina Técnica realizó sus funciones durante dos etapas históricas bien diferentes: la Dictadura de Primo de Rivera y la República. Será a partir de 1931, bajo el Ministerio de Marcelino Domingo, cuando el nuevo Gobierno de la República estableció como su gran objetivo la mejora de la situación educativa del país, muchos aspectos había que solucionar y uno de ellos era la necesidad de nuevos centros escolares, por lo que se establecieron grandes planes para construir las escuelas que faltaban en el país, se calcularon que eran necesarias 27.151, y finalmente entre 1931-1933 se crearon 7000 centros escolares.
A partir de 1933 la Oficina entró en crisis, una nueva generación de arquitectos GATEPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para El Progreso de la Arquitectura Contemporánea) planteó duras críticas a los proyectos de la Oficina Técnica, a los que denominaban “herencia del antiguo Régimen”.
Apoyados por Luis Bello y sus artículos en el periódico Luz, calificaban la arquitectura escolar realizada hasta ahora como lujosa, cara y anacrónica. Esta nueva situación generó un debate público que incluso llegó al Parlamento. Por parte de la Oficina Técnica, Torres Balba, arquitecto de la Oficina, y Bernardo Giner de los Ríos, destacaron en la defensa de la labor realizada como continuadora de los principios de la ILE y de su objetivo de transformar el país.
A partir de 1934 La Oficina Técnica publicó una nueva normativa para la construcción de escuelas; por un lado se intentaba abaratar la construcción de edificios escolares y completar el plan de escolarización programado por el gobierno republicano para todo el país, pero las circunstancias históricas impidieron llevarlo a su fin.
Para saber más:
De Ortueta Hilberath Elena «Modelos de Escuela de Educación Primaria Pública avalados por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes» NORBA-ARTE XVII (1997) 165-191.
Para una mejora comprensión de la nueva tipología arquitectónica en la construcción de edificios escolares, deben considerarse dos aspectos, por un lado los principales sistemas pedagógicos que marcarán las características del edificio y por otro las normativas que definirán el desarrollo de la educación, las necesidades del profesorado y del local escolar.
El Estado asumía un mayor papel como responsable de la construcción de nuevas escuelas y se crea la Oficina Técnica para la Construcción de Escuelas, sus funciones, plantilla y responsabilidades quedan determinadas en el Decreto de 1922. El artículo nos muestra diferentes modelos arquitectónicos utilizados.
Lahoz Abad Purificación «Los Modelos Escolares de la Oficina Técnica para la Construcción de Escuelas» HISTORIA DE LA EDUCACIÓN. VOL. XII-XIII (1993-1994) páginas 121-148.
El RD de 23 de noviembre de 1920 supuso por un lado dar al Estado un papel fundamental en los nuevos planes para construcción de escuelas y por otro, crear la Oficina Técnica para la Construcción de Escuelas, todos los nuevos edificios escolares que se proyectarán debían pasar por su aprobación.
“Las Construcciones Escolares en Madrid” Periódico El Sol 16/04/1933.
En una entrevista a Bernardo Giner de los Ríos, este habla sobre la cooperación prestada por el Ayto. de Madrid con el Gobierno para poder llegar a fin los planes de construcciones de nuevas escuelas y poder solucionar el problema en temas educativos que el país afrontaba.
“A los Socialistas y al pueblo de Madrid” Periódico Luz 25/01/1933.
Luis Bello, a través de las páginas del periódico que dirigía, expone sus razones que le llevaban a pensar que se estaba despilfarrando en la construcción de los grupos escolares de Madrid iniciados en 1931. Este artículo inició un largo debate que continuó durante mucho tiempo y llegó a ser tratado en el Parlamento.