María Sánchez Arbós, una de las maestras cuya biografía hemos recogido en esta página web, nunca pudo olvidar las palabras que Manuel Bartolomé Cossio le dijo sobre su labor docente: “alma, alma, María”.
En este artículo su autora lo que hace precisamente es mostramos su alma, su convencimiento de las ventajas de tratar igualmente a niños y a niñas en edad escolar, nos habla de todo lo conseguido con este modelo coeducativo, del apoyo del grupo de maestros y maestras y de las familias de su centro, pero también nos muestra su desencanto ante la orden ministerial que prohíbe en las escuelas la coeducación, ante unos políticos que legislan “sin mirar de frente al niño y a la escuela”.
Pero el desencanto no puede con esa alma y María vuele a sus clases y a su diario y a su convencimiento en estas ideas y en una España a la que cuando alcance el nivel cultural de otros países como Alemania o Norteamérica, tampoco le sea precisa la coeducación.
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