Celebrada en el Ateneo Iberoamericano de París en 1966.
Intervención de Don Rodolfo LLopis
Hay un frase que dice “las palabras se las lleva el viento”, pero en esta ocasión hemos tenido la suerte de que no fuera así, vamos a ser testigos de esas palabras, vamos a escuchar la parte final del homenaje que se rindió a la figura del gran pedagogo Don Francisco Giner de los Ríos en 1966, en París, en el Ateneo Iberoamericano.
Si importante es la figura del homenajeado, no lo es menos la figura del ponente Don Rodolfo Llopis, Director de Primera Enseñanza y miembro destacado del PSOE. Sus palabras están llenas de sentimientos, de emoción al recordar a Giner de los Ríos y al proyecto de los que entendieron que debían hacer algo para cambiar que «la mayor desdicha del pueblo español fuera su ignorancia».
En su intervención nos relata la gran influencia que la Institución tuvo en materia de enseñanza, ya que todo lo que hubo nuevo en ese campo, se realizó por alumnos o discípulos de Giner de los Ríos y Cossío.
Para hacer y construir ese nuevo país había que desarrollar la educación y eso es lo que hicieron, introduciendo nuevos métodos de enseñanza, mostrando su preocupación por la infancia y su proceso educativo, se encargaron de «llevar la vida a la escuela», de acercarla a la naturaleza, a los talleres, a los museos, con actividades que si hoy parecen habituales, debemos pensar en el cambio que supusieron en su época.
La conferencia termina con un momento muy emotivo, donde se siente la emoción de oír levantarse a los participantes de sus sillas, sintiendo las ganas de hacerlo también, para escuchar la lectura del poema que Antonio Machado escribió a su amigo a las pocas horas de enterarse de su muerte.
“Como se fue el maestro,
la luz de esta mañana
me dijo: van tres días
que mi hermano Francisco no trabaja….”