¿Cómo se gesta tu participación en el proyecto de la escuela de la República?
Desde la Secretaría de Políticas Sociales querían dar continuidad al proyecto iniciado, primero en un libro y después en el documental, Las Maestras de la República. Se había ganado el Goya al mejor documental y era momento de dar un paso más allá y consolidar la labor realizada.
Se trataba de continuar completando el trabajo de recuperación de la memoria histórica de aquellos maestros y maestras que hicieron posible el sueño de una educación mejor. De esta forma, se podrían incluir otros materiales recopilados y el testimonio de muchos familiares que habían depositado en nosotros un legado que de otra forma se podría perder.
Así echa a andar este nuevo proyecto que se materializa en un libro ilustrado en el que se relata un viaje por la educación de la II República a través de la imagen gráfica y el relato literario.
Nos puedes explicar ¿cómo abordas el proceso creativo para las ilustraciones del libro?
En este caso, como quería que tuviesen una gran realismo, me he basado en documentos gráficos de la época e imágenes que evocaran la realidad que quería plasmar.
Este trabajo de ilustración parte del estudio en profundidad de textos y archivos gráficos de la época. Una labor que me ha permitido visualizar la historia y en la que he buscado el simbolismo narrativo que he trasladado a la representación.
De los fondos consultados he recobrado imágenes que permiten al lector acercarse al espacio -lugares como la escuela, los pupitres de madera y las estufas de carbón- a las personas -anónimas y reconocidas- con sus ropas, gestos y miradas que nos rebelan un carácter fuerte quizás forjado por la dificultad; escenas que nos sumergen en un contexto evocado por el relato.
De esta forma, los dibujos prolongan el sentido del relato, ofreciendo al lector la oportunidad de un diálogo con la narración y, sobre todo, una experiencia estética.
Los textos y las imágenes se han trabajado a la vez. Partiendo de un guión que ordenara el relato se construye una narración paralela a través de la imagen. Los dibujos plasman el escenario y los personajes sobre los que leemos. En algunos casos evocan lo que el relato presenta, en otros completan o simplemente acompañan las historias que tan magníficamente han tejido sus autoras Carmen García Colmenares y Luz Martínez Ten.
¿Qué técnicas y procedimientos has utilizado en las ilustraciones?
A partir de unos primeros apuntes, que sirven para definir la composición y el tema, elaboro el dibujo mediante la técnica del claroscuro.
¿Por qué eliges el lápiz de grafito como medio de expresión y qué pretendes con ello?
El medio de expresión elegido es el dibujo a lápiz por ser una de las formas más básicas de expresión artística y, a la vez, la que creo mejor plasma el ambiente de ese momento. Lo que más me interesa destacar es la sencillez con la que cualquier artista se enfrenta a la utilización de este recurso plástico.
¿Qué supone para ti el dibujo?
Considero el dibujo como una obra en sí misma, es más que un boceto, salvo en las ocasiones en que sea este su propósito, las preguntas que se busca responder están relacionadas con las características que lo convierten en un acto que equivale a pensar; su utilización se convierte en una herramienta para el proceso creativo artístico y, tras su realización se transforma en una obra final en sí, con sentido propio.
A tu juicio ¿Cómo consideras que la incorporación de la creación artística colabora en la difusión de un proyecto como este?
Cualquier representación artística tiene una gran importancia como medio de comunicación, ya que es un lenguaje que carece de barreras idiomáticas y posee una inmediatez única para la transmisión y captación de información. Por tanto, el dibujo es un lenguaje que nos ofrece la posibilidad de evocar una realidad a través del trazo y nos permite mostrar una parte de la Historia mediante un lenguaje universal.