Como Director General de Primera Enseñanza desde 1931 a 1933, Rodolfo Llopis puso en marcha una de las más ambiciosas reformas educativas que nuestro país ha vivido y que quiso dotar a la República de la mejor generación de maestros y maestras que este país había tenido nunca.
Pero antes de llegar a la política su trayectoria educativa se inicia en Alicante, donde cursa estudios en la Escuela Normal, de aquí marcha a Madrid para conseguir el título de la Escuela Superior de Magisterio.
Durante los tres cursos que duraban esos estudios Llopis entra en contacto con la Institución Libre de Enseñanza, con sus ideas, y conoce a algunos de sus más influyentes pensadores como Manuel Bartolomé Cossío, a quien admira profundamente. En este tiempo también se afilia al PSOE, manifestando gran devoción por las ideas de Pablo Iglesias.
Una vez obtenido su título de Maestro de Primera Enseñanza Superior elige destino, siendo Cuenca la ciudad elegida. Los casi 12 años que pasó en esta ciudad son de suma importancia, aquí comprobó de primera mano la dramática situación de la escuela española y su abandono, a la vez que pudo poner en práctica los principios que habrían de impulsar sus reformas educativas posteriores.
Estando todavía en Cuenca asumió la dirección de la Revista de Escuelas Normales, donde también publicó numerosos artículos. Sus inquietudes personales y profesionales le llevan a realizar numerosos viajes que le permiten conocer otras realidades: Rusia, Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay, Ecuador, son algunos de esos destinos.
Con la proclamación de la II República, es nombrado Director General de Primera Enseñanza, será en este cargo donde llega a establecer uno de los Planes de Enseñanza más ambiciosos de la historia educativa de nuestro país. Sus dos pilares principales fueron la socialización de la cultura intentando que esta llegara a todos los rincones del país y el establecimiento de la escuela única.
Como cuestión prioritaria se establece la creación de escuelas, nunca en este país se construyeron tantas y por otro lado, Llopis siempre tuvo la convicción de que el profesor era el verdadero artífice de toda reforma educativa, por lo que se estipula la creación de 7000 plazas de maestros a través de un Decreto Ley.
Durante los dos años que estuvo en el cargo su actividad fue inmensa, Rodolfo Llopis no aterriza en la educación desde la política sino al contrario, su profunda vocación pedagógica es la que le lleva a la política, cuando comprende que el problema escolar en su conjunto no puede resolverse sin una enérgica intervención de la Administración.
Para saber más sobre Rodolfo Llopis:
Gradaílle Pernas Rita. ”Rodolfo Llopis Ferrándiz. Notas Biográficas del Antiguo Director de la revista de Escuelas Normales” en Revista interuniversitaria de Formación del Profesorado nº 37, Abril 2000, pp. 237-260.
A través de este artículo hacemos un recorrido cronológico por la historia personal y profesional de una de las personas más influyentes a nivel educativo en nuestro país, especialmente durante la Segunda República.
Gómez Llorente Luis. ”El perfil pedagógico de Rodolfo Llopis” en Claridad Invierno/Primavera 2009.
Este artículo relata la admiración del autor por Rodolfo Llopis, un gran pedagogo republicano y un gran director al frente de la Dirección General de Educación Primaria desde 1931-1933. Además nos permite hacer un recorrido por su formación intelectual y trayectoria académica, para entender mejor su labor en el gobierno y al frente de la Dirección General de Primera Enseñanza, que dieron como resultado una de las reformas en el campo de la educación que todavía hoy nos sigue asombrando.
Navarro García Clotilde. “La figura del maestro, en la escuela de la Republica” en Revista interuniversitaria de Formación del Profesorado nº 43, Abril 2002, pp.21-37
La Segunda República tuvo entre sus primeros objetivos la modernización del sistema escolar. Rodolfo Llopis como Director General de Primera enseñanza fue el principal promotor de este proceso, poniendo especial atención en mejorar las condiciones de los que él consideraba eran los auténticos protagonistas de esta reforma, los maestros.
De ahora en adelante quién elija la profesión de maestro
pudiendo seguir otros caminos,
lo hará porque a ello le impulse la vocación..Rodolfo Llopis