“Y una mañana he entrado en la vieja casona de la calle de San Bernardo.
Mezcladas con los muchachos, centenares de jovencitas discurren por los pasillos. Son muchas. Vaya usted una mañana a la Universidad;
Así podrá usted comprobar que nuestra causa ha triunfado»Maria Amalia Goyri y Goyri
Es de suma importancia el papel que jugaron en la historia de la educación de este país las primeras mujeres que acudieron a la universidad, las dificultares que tuvieron que solventar para ser aceptadas, para matricularse, para asistir a clases donde acudían siempre acompañadas por un bedel o profesor , sin poder relacionarse con el resto de sus compañeros, pero no cedieron en su empeño y terminaron sus estudios.
Esta es la biografía de una de esas mujeres, María Goyri, que se convirtió en la primera alumna de la Facultad de Filosofía y Letras en 1892 y después en doctora. Se dice de ella que tenía “una personalidad rica y multifacética”, su obra y su trabajo así lo demuestran, en la esfera de la enseñanza, en su labor social, en su actividad investigadora, en su relación con la época que le tocó vivir, con las mujeres de su entorno, con la Institución Libre de Enseñanza, fundamental en su trayectoria personal y profesional.
Un papel decisivo para la creación de esa personalidad lo tuvo su madre, preocupada por la educación de su hija, la proporcionó los medios para que esta tuviera una educación moderna e incluso avanzada para la época, aprendió francés, asistió a un gimnasio y a una escuela de dibujo entre otras actividades.
A los doce años comenzó sus estudios reglados en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, cercana a la Institución libre de Enseñanza, donde obtuvo el título de Institutriz y Profesora de Comercio. No fueron los únicos títulos, obtuvo también el de maestra en la Escuela Normal Central.
Como señalábamos, la obra y la actividad de Maria Goyri abarcó muchas facetas, una constante en toda su vida fue la enseñanza. En 1915 aceptó ocuparse en la Residencia de Señoritas de los cursos de literatura, apoyó a las estudiantes universitarias españolas y a las americanas que estudiaban español. Pero su labor educativa cobró especial relieve en el Instituto Escuela, creado en 1918, donde redactó su novedoso programa para la enseñanza de la Lengua y Literatura, que incorporó la gramática a la literatura, entre otras cosas.
Tras la guerra civil, en 1940, desde la Fundación del Colegio Estudios, proyecto de varios profesores y profesoras del antiguo Instituto Escuela, entre ellos su propia hija Jimena, asumió la dirección de dicho colegio y enseñó literatura hasta 1946, solo los problemas de salud impidieron que siguiera dando sus lecciones, recordadas durante mucho tiempo entre el alumnado que asistía a sus clases.
María fue como estamos viendo una persona cercana y sensible a los problemas de su época, su labor social fue muy importante, formó parte del grupo fundador y gestor del Protectorado del Niño Delincuente durante casi 10 años, dirigido por Alicia Pestana y donde colaboraron muchas personalidades afines a la Institución Libre de Enseñanza hasta que el Estado con la Dictadura de Primo de Rivera lo cierra, al instaurar por primera vez en el país, el Tribunal Tutelar de Menores
La desilusión que supuso el cierre de este proyecto no supuso un freno para su labor social, colaboró con la Orden Salesiana en su “Escuela de Oficios”, con María Sánchez Arbós, directora en ese momento del Grupo Escolar Francisco Giner de los Ríos, organizando la recogida de ropa y material escolar y dando clases al alumnado del último curso.
Si la enseñanza fue una constante en su vida, otra fue su labor investigadora, donde ocupó un lugar destacado el Romancero, recorrió los pueblos de España, recogiendo romances que luego clasificó , hizo un estudio comparativo de las diferentes versiones y estableció un orden para el archivo del material.
Su labor investigadora estuvo impregnada de la influencia de su marido Ramón Menéndez Pidal, al que admiró desde su primer encuentro en el Ateneo en 1895-1896 y con el que trabajó en muchas ocasiones.
Como en otros casos, la historia ha colocado la obra de María Goyri bajo la sombra de su marido, pero tiene y debe ser reconocida como una las mujeres más destacadas de comienzos del SXX en nuestro país. Vinculada y relacionada con la vanguardia cultural y educativa de la época, Institución Libre de Enseñanza, Residencia de Señoritas, Instituto Escuela , Centro de Estudios Históricos, entre otras , fue además una filóloga destacada con una gran labor de localización e identificación de versos del Romancero y una gran luchadora por mejorar la educación femenina de la época.
Para saber más sobre María Goyri
Fundación Ramón Menéndez Pidal. María Goyri.
«Asistimos en la actualidad a un creciente interés por la personalidad y la obra de quien no se limitó a ser mujer y colaboradora de Ramón Menéndez Pidal. Es de estricta justicia destacar la importancia de María Goyri como pedagoga, como investigadora, y (a pesar de que nunca lo pretendió) como personaje público relevante en la vida cultural española del siglo XX» J. Antonio Cid.
Ontañón Elvira. “Jimena Menéndez Pidal. Ambiente familiar y pedagógico. María Goyri (1873-1954)” Boletín Nº 15. Fundación Ramón Menéndez Pidal.
Para comprender y entender la obra de Jimena Menéndez Pidal, es necesario y de justicia conocer la obra y biografía de su madre María Goyri, una mujer excepcional, pedagoga, investigadora y una gran luchadora por mejorar la educación y la situación de las mujeres de su época.
Cid Jesús A.» Bibliografía de María Goyri (versión última)» Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE), Nº 105 (Julio 2017), págs. 75-92
La presente Bibliografía procura dar cuenta exacta de los trabajos impresos de María Goyri, aunque, como se ha señalado muchas veces, la obra publicada por la autora refleja sólo una parte exigua de lo que fue su actividad como pedagoga y como estudiosa de las letras hispánicas.