Homenaje a los maestros y maestras de Primeras Letras republicanos
El proyecto educativo de la II República conjugaba la renovación pedagógica procedente tanto del ideario liberal de la Institución Libre de Enseñanza como del programa educativo que propugnaba la escuela única del partido socialista, y configuró un modelo de educación caracterizado por ser público, laico, obligatorio y gratuito en la enseñanza primaria, en el que se facilitaba el acceso a las personas económicamente necesitadas a la enseñanza secundaria y a la universitaria, y en el que se instituía la coeducación en los tres grados de la enseñanza.
La coeducación y el carácter activo y creador eran concebidos como principios pedagógicos fundamentales.
A finales del verano de 1931 el Consejo de Instrucción Pública encargó a Lorenzo Luzuriaga, director de la Revista de Pedagogía, el impulso técnico para la aprobación de medidas y órdenes que desarrollaron a política pública en materia educativa. La Constitución ampararía los principios y valores del modelo de escuela republicana, en sus artículos 1º, 3º, 48, 49 y 50º.
En consecuencia, de diciembre del 1931 a noviembre del 1933, se realizó una gran inversión en construcción de escuelas mediante la emisión de obligaciones por valor de 400 millones de la época. En marzo de 1932, Fernando de los Ríos, en calidad de Ministro de Instrucción Pública comparó en sesión parlamentaria el progreso en construcciones escolares durante la Monarquía y bajo la República: … De 1909 a 1931 en la Monarquía, el Estado había construido 11.128 escuelas, a un ritmo de unas 500 anuales. En sus primeros 10 meses la República había edificado 7.000, afirmó.
A finales del año 1932 pudo anunciar la terminación de otras 9.600 escuelas primarias y la elaboración de un plan de cinco años para terminar las 27.000 que se habían estimado necesarias. El costo medio de un aula unitaria era de unas 25.000 ptas. Los municipios debían proporcionar los solares y ayudar a financiar la construcción de escuelas, el Gobierno Central contribuiría con el 50 o el 75 por ciento de los gastos de construcción y pagando el sueldo del maestro cuando la escuela comenzase a funcionar.
Así mismo De los Ríos, impulsa la renovación de la Ley de Bases sobre la Primera y Segunda Enseñanza, el Reglamento de Inspección de Primera Enseñanza y el Plan Nacional de Cultura. Las Universidades fueron reforzadas en su organización, sus estudios y financiación suficiente como en su excelencia científica de primer orden, caso de la Universidad Internacional de Verano con sede en el Palacio de la Magdalena de Santander.
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