Las misiones pedagógicas en la II República
Gran parte de la población en nuestro país era rural y los distintos gobiernos no estaban interesados en cambiar esta situación, lo que hacía que nuestro país presentara un atraso muy intenso con respecto a los principales países europeos.
El bajo nivel de la educación en España era una realidad al final del siglo XIX Intentó atajarse con la creación, el dieciocho de abril de 1900, del ministerio de Instrucción Pública y de Bellas Artes. La gran demanda social presentada hizo necesarios su reestructuración y replanteamiento.
Francisco Giner había propuesto ya una serie de reformas que incluían la idea de unas Misiones Ambulantes en el año 1881, cuyos servicios no se materializaron hasta la creación de las Misiones Pedagógicas: el servicio de biblioteca, el museo del pueblo, el cine, el coro y el teatro del pueblo.
Faustino Rodríguez San Pedro creó entonces la Junta Central de Primera Enseñanza, por Real Decreto del dieciocho de noviembre del año 1907, para que asumiese las funciones del anterior organismo, además de dirigir y organizar instituciones complementarias de la escuela, clases de adultos, conferencias y “misiones pedagógicas”.
Dicha Junta estaba formada por renombrados personajes de la política española, como José Canalejas, Eduardo Dato, María Cortezo, Melquiades Álvarez, entre otros, y respaldada por la Institución Libre de Enseñanza y el Museo Pedagógico Nacional.
Un nuevo Real Decreto, del veinte de diciembre del año 1907, incluyó en el programa a las Juntas Provinciales de Instrucción Pública, para que apoyasen los siguientes objetivos: atender a las misiones pedagógicas, fomentar la creación y desarrollo de museos escolares y bibliotecas públicas, organizar conferencias para adultos con la intervención de personas competentes, fomentar cajas escolares, asociaciones protectoras de la infancia, colonias de vacaciones y todas aquellas instituciones que pudieran competer con la difusión de la enseñanza primaria y darle un carácter de solemnidad a la fiesta escolar. Así quedó recogido en el Real Decreto del siete de febrero de 1908.
Los continuos cambios políticos y sociales que se dan en esta época y la precaria situación presupuestaria del Estado arrojan resultados lamentables, debido a los bajos sueldos de los maestros, edificios en estado ruinosos por falta de mantenimiento ante la carencia de inversión en la educación, mobiliario anticuado e insuficiente y escaso material escolar.
Debido al retraso de la reforma educativa de España en comparación con algunos países europeos, significa una tasa de analfabetismo en torno al 44% y mucho más agudizada en el ámbito rural. Ello da origen a que el Gobierno de la II República desarrolle las llamadas “Misiones pedagógicas”, para intentar paliar las graves carencias educativas del mundo rural en nuestro país.
Apostó por el regeneracionismo educativo, que se había desarrollado en España desde finales del siglo XIX con la aparición del movimiento krausista y la Institución Libre de Enseñanza.
Siguiendo a ese movimiento intelectual, mantuvo las propuestas de transformación socio-política, que permitía estructurar un nuevo modelo educativo con la intención de lograr una nueva concepción de ciudadano republicano.
Las propuestas educativas progresistas, que se estaban llevando a cabo desde determinados sectores privados de la enseñanza, mientras que la educación pública permanecían olvidadas y carentes de todo tipo de recursos económicos, materiales y de instalaciones.
Las innovaciones educativas, que tenían éxito en nuestro país, eran fruto de la corriente educativa de la Escuela Nueva y contaban con instituciones como la Junta para la Ampliación de Estudios, que fomentaron la introducción de nuevas tendencias educativas europeas y el compromiso político al proponer un profundo cambio pedagógico en la política educativa de España.
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