Matilde Ledesma Martín, maestra republicana
Matilde Ledesma Martín (13 de Marzo de 1895 -10 de noviembre de 1975) nació en Almeida (Zamora). Era la hija mayor del matrimonio formado por José y Felisa que, siguiendo ideas republicanas, ofreció a sus dos hijas, Matilde y Brígida, las mismas oportunidades que a Genaro, el hijo menor. Con estos estímulos y los recursos de una familia de clase media, Matilde y Brígida estudiarían Magisterio y el chico, por su parte, se dedicaría a la empresa familiar de construcción de carros.
En la Escuela de Magisterio se vio Matilde entre la minoría de mujeres de alto origen que entonces podía acceder a estudios superiores, lo que agudizó su conciencia social y un buen aprovechamiento que le permitió obtener el Título de maestra de Primera Enseñanza superior el 6 de Septiembre de 1918 con un Sobresaliente. Esta abnegación y brillantez no pasaron desapercibidos para la Directora de esta Escuela, que contrató a Matilde como institutriz de sus sobrinas. Este empleo, sin embargo, no hizo olvidar a Matilde su vocación de maestra del pueblo y su solicitud de un destino, que la condujo a la Escuela de niñas de Robliza de Cojos (Salamanca).
En esta escuela pasaría Matilde únicamente un curso, pues una permuta de puesto con una maestra destinada en Almeida le permitió ocupar una plaza en la escuela de niñas de su añorado pueblo. Había que tener mucho arte, entrega y paciencia para animar al aprendizaje a cincuenta niñas de entre seis y catorce años, en su mayoría pertenecientes a familias humildes y ajenas a toda cultura, y Matilde los tuvo. En pocos años hizo crecer el interés cultural, los resultados académicos de sus alumnas y el aprecio de los padres, lo que el 1 de octubre de 1927 se tradujo en su nombramiento como directora de su Escuela.
Al instaurarse, la II República encontró una España con un 45% de analfabetismo, que alcanzaba más del 60% entre la clase humilde, particularmente las mujeres. Para hacer frente a esa lacra, el Gobierno republicano emprendió, entre abril de 1931 y diciembre de 1932, la construcción de 9600 escuelas, la formación y el reconocimiento de 7000 maestros/as con una ambiciosa renovación pedagógica. Entre los primeros objetivos de esta reforma educativa estaba la alfabetización de la población agrícola y femenina y la co-educación laica y no sexista.
Esta aspiración de la II República llevó a muchos maestros y maestras de cultura republicana a entregarse con pasión a su misión educadora. Matilde y su hermana Brígida estaban entre ellos.
Para estimular la autoestima y el espíritu crítico y de superación en sus alumnas, hubo de cuestionar Matilde algunas costumbres discriminatorias y sexistas al uso y ser autodidacta. También las mujeres de humilde origen tenían derecho a ser felices y es por eso que la maestra las animaba a tener aspiraciones y a mostrarse en público, erguidas y naturales. Las llevaba a Zamora, a ver como se hacía el periódico, las interesaba en leerlo y discutir sus noticias; escenificó en clase los debates políticos sobre los derechos de la mujer, tanto como les mostraba el origen de la electricidad visitando los saltos del Duero.
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