El edificio que abrió las puertas de la educación a la mujer en el siglo XIX
En la calle San Mateo, junto al Museo del Romanticismo, se encuentra un edificio del S.XIX en donde está la sede de la Fundación Fernando de Castro. Fue en este inmueble donde se juntaron las distintas escuelas creadas por el intelectual español destinadas a la mujer. «Capellán de honor de la reina Isabel II, fue una persona inquieta, tremendamente intelectual, que defendió la cultura como la base de todo», explica a ABC Miguel Muñoz Yusta y del Álamo, director de la fundación. «Castro supo entender la situación de la mujer del siglo XIX, sin formación porque estaba mal visto socialmente», añade. Fue por esta razón por la que comenzó a impartir aulas abiertas que llamó Conferencias dominicales. «Abre la cultura a todos y fue un éxito total. Se da cuenta que acuden sobre todo mujeres de la alta burguesía que no tenían opción laboral, algo que no ocurría con las clases más bajas que sí podían tener un oficio», indica Muñoz, descendiente de los albaceas de Castro.
Llega a la conclusión de que la mujer nunca será libre hasta que no tenga una cultura que le permita serlo. «Castro fundó el liberalismo intelectual y religioso en España», subraya el director de la fundación. Una figura fundamental en el siglo XIX, muy poco conocido si lo comparamos con sus discípulos, entre ellos Giner de los Ríos, que crearon años después la Institución Libre de Enseñanza. Este edificio, cuidadosamente recuperado, nos acerca a la figura de Fernando Castro y a todo lo que supuso su pensamiento en la educación de la mujer.
Castro comenzó su tarea de enseñar a las mujeres en 1869 en la calle Augusto Figueroa con la Escuela de Institutrices y en 1870 crea la Asociación para la Enseñanza de la Mujer que tuvo como protectora de honor a la Reina María Cristina de Habsburgo-Lorena y en las aulas dieron clases docentes como Niceto Alcalá Zamora, presidente de la II República Española, o Giner de los Ríos. Entre los socios destacaron los músicos Isaac Albéniz y Francisco Asenjo Barbieri, la escritora Emilia Pardo Bazán o Concepción Arenal, escritora y activista por los derechos de la mujer.
Edificio inteligente
Fernando Castro murió en 1874 y fueron sus discípulos, principalmente Ruiz de Quevedo, quien desarrollaron el proyecto de crear un único edificio donde unir todas las escuelas. Gerardo de la Puente fue el arquitecto que diseñó el edificio aunque la obra la ejecutó Pablo Sánchez y se inauguró el 1893 por la reina María Cristina. «Fue un edificio intelectual de la época en el que se cuidó mucho que hubiese luz natural», indica el director de la fundación. Por estas aulas pasaron «muchas mujeres anónimas que salieron con mejor formación que sus padres y transmiten ese germen de la cultura en sus distintos entornos», añade. Personajes destacados del mundo de la cultura y del comercio como Eduardo Pintor Rosales o Enrique Loewe llevaron allí a sus hijas. «Fue una enseñanza de calidad a precio reducido», explica Juanjo Moreno, archivero y bibliotecario de la fundación.
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